lunes, 29 de junio de 2009

Si la Marina quiere un blog que se lo compre el niño Beneton

Yo conocí a varios políticos que andaban de campaña, aura que será difícil que Millapel me dé ese terrenito para proyecto granja puedo decir sin temor a nada que él durmió conmigo una noche, pero esa es una anécdota que he preferio olvidar, mejor ricordarlo a Costa que fue entuavía más cariñoso y me hospedó en su lujoso hotel.
Como no es de paisano sensato andar con asuntos atravesau, via a aclarar algunos tantos con tuitos ustedes ya que no pocos han relacionau este blog con la Marina esa periodista de la zona norte , nada más falso se me antoja decirles ya que esa dama amarillista si las hay, odia lo nacional, asigún me contaron. Dicen que de solo ver corrales con ganau ovino le salen ronchas en la cara, dizque odia la paisanada y las fiestas de la rural le dan fobia, si por ella juera viviría en Londres, su esposo, el tano Luigi, sin embargo es tuito lo contrario, un hombre sencillo, zurdo pa’ la taba, conforme de vivir en esta Patagonia.
Yo lo conocí ya siendo lo que es hoy un estanciero venido a menos, eso sí, muy leído sobre temas de filosofía, me han referenciau que supo tener en un tiempo algo de 15 mil animales.
Estuve con él una noche de escarcha, jue pa’ la pelada de ojo del 2005 . yo había traído en un arreo un piño de 1000 cabezas del establecimiento rural “No te Fíes ni de tu Hermano”, una estancia cerca de Bahía Laura, reliquia histórica sobre la que toavía afanan unos cuantos.
Habrá sio media mañana cuando llegué a la estancia de Luigi, denominada “Salada Hasta Ahí” .De solo verlo a este caballero de ojos verdes, como lo amargos cebaos por Petrof, alto y con bigote distinguido que sobresalía entre tanto paisano achaparrao, sentí un hormigueo en tuitas las vísceras. Ricuerdo que en cuanto desensillé el mala cara en el patio del casco me invitó un café, lo acepté con ganas aunque me llamó la atención que un estanciero quiera congraciarse con el empleau. ¿Con espuma?, me preguntó, como diga patrón le respondí y el mesmo batió a rabiar para echar en dispués el agua en ese pocillo celeste que reventaba en espuma.
No hablamos mucho, sí ricuerdo clarito me comentó que estaba leyendo un libro de sociología llamao “Y una vez que me Chupé esa Mandarina, Qué?, un libro cumbre, que asigún me confidenció que se lo había regalao su esposa.
Con el tiempo al destrenzar este embrollo supe que la esposa era la mesma Marina que ustedes mentan y que muy bien conozco, una mujer, pa’ que mentir sin ningún tipo de encanto que inclusive pudo haber tenío algún negocio muy sucio con el niño Benetton y quien sabe si en toavía no tienen algo ya que el niño se la pasa güelta a güelta en zona norte y es más hace cosa de una semana prometió y espero que no cumpla molerme a palos si me acordaba de esta dama en el blog.
De todos modos, este gaucho no sabe decir mentiras y es por demás conocido que yo suelo acordarme más bien de hombres y no de mujeres, ya que éstas son y lo v’ia decir con tuita propiedad, un poco la peste del mundo que solo sirven pa’ parir y pa’ engañar a los desdichaos como tal vez lo es aura mi patrón el niño Benetton por más que él diga lo contrario.
Aunque me gustaría ponerme un negocito en la calle Roca pa’ poder negociar en güena ley tuitas las chucherías contrabandeadas en la frontera , Yo Pancho Ramírez, alias Mata Negra, diré que soy feliz con poco, asigún lo considero, y es por eso que hoy, mientras ajuera de mi ranchito de Güer Aike silba certero el viento norte yo ricuerdo, el perrerío ladrando a grito pelao y la voz ronca del tano Luigi que a eso de las 3 de la mañana me convidaba pa’ las casa, a decir de su boca pa’ ofrecerme un saque de ron. Lo demás ya se sabe, la soledad y el campo hacen de un hombre lo que sencillamente es.
Dispués de esa madrugada nunca más e’ güelto a verlo, cobré la paga del arreo y me juí p’ la casa de los piones, donde la paisanada leíba embelesada las noticias de las revistas paparazzi , una lectura muy instructiva asigún comentaban mientras se miraban de reojo y escupían en el piso de porla, pior que guanaco alzao.

sábado, 13 de junio de 2009

No al cierre de las casitas

Güenas y Santas, como sabía decir un pion de la estancia El Alambre de Fiambrera, un establecimiento rural de aquí no más a cinco leguas de Güer Aike , pegadito a los campos del niño Beneton, donde desarrollo mi actividad laboral desde hace 10 años.
No quiero distraerlos más yo sé que ustedes fieles lectores de este blog palabra moderna pa’ llamar a un diario , se preguntarán el por qué de tan larga ausencia, como seguramente lo ha hecho cientos de veces el mismo Petrof , simpático amigo conocido por todos ustedes a quien le debo unos pesitos por un favor que me hizo cuando el tordillo me dejó tirao cerca de la casa de Echevarría Bragueta, pero ese es un asunto muy delicao del que no puedo por ahora referenciar…
En fin anduve de retiro por varios lugares, primero por Madryn con la intensión de regar al Solito un árbol güevón que dizque que ahura lo quieren declarar monumento de la humanidá y hasta amagan con cercarlo, cosa que no me cuadra, así que despcionau de toda tilinguería y con el mancarrón reventau de tanto darle al galope caí en un boliche cerca de la ruta donde me lo topé al mesmo Carlitos Pérez que ahura se volvió cantante asigún me confió. “Qué te parece Matita como me sale La Pomeña”, me preguntó emocionau en cuanto me vio. Con algo de piedra pómez m’hijo, le contesté cuidándome de ofenderlo, de no dañar sus delicada sensibilidad, en dispués llamé al mocito que servía y le pagué los diez pesos de la ginebra que había pedido y la apuré de un solo trago pa’ no deshonrar mis oídos acostumbrados a la música sencilla del viento.
Ya de salida en la puerta del boliche me lo encontré a Washington Benavidez que para consolarme por el temprano deceso de mi flete me convidó pa’ Gallegos, ahí nomás sin mediar más palabras le cerré los ojos abiertos al rocillo y nos montamos en un viejo 1114 con destino a la feria del libro. No te vas a arrepentir Mata, está lindo el pute ahí, me dijo el Wshington , Ahá, le contesté por no quedarme callau.
Ustedes saben que más que la lectura prefiero el contrabando pero soy un convencido de que la invitación de un paisano no se la rechaza.
En la feria, pa’ qué mentir sentí una gran tristeza por tuito el género humano, es que andaban revoloteando como moscas varios viejos maricas, uno de ellos que juré no recordar más su nombre pero diré que comienza con C, se ofreció llevarme al hotel Nevado por 50 pesos , es cierto que yo ya había jurado que para acostarme con un viejo y gratis mejor me acostaba con la muerte, igual me dejé llevar hasta ahí y en cuanto pagó la pieza el desdichau, le dije; hasta mañana tomate un taxi que la noche pinta escarcha y me despaché como disparao pal piecerío medio temeroso de sus amenazas de denunciarme a la policía por estafa como creí escuchar que vociferó al salir.
Al otro día volví a la feria no por los libros, sino por un mocito por demás brioso que repartía cintintas rojas en stand de Formicruz , “ ese es el ahijado de Ferro “, me contó una escritora que adivinó mis intenciones .
Agradecí la advertencia y me fui al Mónaco a revisar mis correos, tarea que debí suspender cuando desde la ventana creí distinguir a la mesma Cecilia con la Norma, dos grandes escritoras santacruceñas si las hay, ambas muchachas llevaban puesta una ropita medio liviana pa’ las bajas temperaturas sureñas, un paso más atrás iba Petrof con un banderín gritando no al cierre de las casitas. Como pese a todo lo que de mí se dice me sé un hombre de güen corazón y si el problema de mis amigos era habitacional estaba dispuesto a cederles mi ranchito de Güer Aique , así que salí entre el gentió y les pedí: chicas no anden desabrigadas vengan pa’l café, pero no sé... algo habré hecho mal porque de repente sentí que varias manos y algunas patadas caían sobre mi triste humanidad,
Ni la muerte me ha de tocar con su espuela pensé mientras la ambulancia aullando embravecida corría a todo lo que da por las calles de la ciudad, no sé cuánto tiempo estuve en terapia por los golpes recibidos, la cosa es que ayer recién me pasaron a la sala común, y hoy hace unos minutos estuvo aquí el niño Benetton vino a traerme mi note boook Aple .
A ver si parás de meterte en kilombos, me dijo enojau el niño, su enojo me contó un enfermero es porque tuvo que pagar una güena coima a los médicos que dizque que si no recibían algún incentivo no iban a poder curarme porque estaban de paro.